7 de enero de 2013

Crisis de identidad

El otro día me dio por mirar fotos de cuando tenía 16 años, de ésas que guardas como el oro y que solo enseñas a personas contadas; cuando se las muestras, te das cuenta que lo estás haciendo como si fuera un ritual religioso, se las pasas de una en una y pareciera que les estás cediendo el Santo Grial, con ese gesto solemne y una mezcla de orgullo y vergüenza que debe pensar el receptor que eres más tonta que un botijo; solo son fotos.

Me veo y no me lo creo. Yo con el pelo corto, yo con el pelo cardado a lo Cindy Lauper, yo con hombreras, yo con unos vaqueros "nevados" rotos y un pendiente de crucifijo...¡¡¡¡Válgame Dios, pero qué es eto!!! ¡¡¡Si parezco el Frankenstein de la Super Pop!!!

Después del primer susto viene el momento de reflexión, rebusco en mi memoria con la idea de encontrar el por qué de esos atuendos tan dispares a la par que ridículos...Entonces recuerdo que cuando apareció Madonna con su "Like a virgin", me sentí identificada de cabeza a pies con su mensaje virginal, su rebeldía contra el aburrido pelo liso y de un solo color y me vi gastándome la paga en los puestos de los moros comprándome todo tipo de pulseras, collares, pendientes y abalorios, que llevaba hasta para dormir y que me ponían la piel verde como los lagartos de "V", serie de culto donde las haya de la que yo era fan número uno y no me perdía un capítulo. 

¿Pero por qué entonces tengo fotos en ese mismo año con el pelo cortado al "tazón" y la nuca rapada? ¿De dónde sale esa chupa de polipiel roja llena de parches y esa cara de tío que se me puso de repente? ¡Por favor de la vida, si parezco lesbiana! Pues no hay otro motivo que el dúo musical Bros, dos hermanitos gemelos ingleses (entonces lo brittish ya me tiraba), cuyas canciones me sabía de memoria, sus pasos de baile, hasta su forma de estornudar me sabía. El caso es que los escucho ahora y me parecen un petardo infumable, pero entonces, ay entonces! ¿Qué pasaba por mi cabeza? 

Mi chaqueterismo musical me llevó a pasar de Iron Maiden (me hice semi-heavy porque aún no me había crecido el pelo suficiente), a Michael Jackson (ese Moonwalker que lo clavaba yo en el patio del instituto), pasando por George Michael con su "I want your sex", sí, sí, más quisiera yo, estaba enamorada de George y luego resulta que se me hace bujarras, por favor yaaaa eeeh, que lo di todo por ti, amigo...

En realidad creo que tenía una crisis de identidad. Y la música era mi escapatoria, vivía cada minuto de mi vida escuchando las canciones que me decían algo, traducía las letras y así de paso aprendía algo de inglés (que no me vino mal después, tal como está el patio, ahora te lo piden hasta para limpiar letrinas). No sabía si quería ser como Madonna, una fresca que decía ser virgen -no se lo creía ni ella-, un negro que quería ser más blanco que el queso de Burgos...el cantante de los Scorpions al que jamás seguí, lo siento, pero esos rizos YA SÍ QUE NO. Igual que no me dio por las rastas y eso que me encantaba Bob Marley & The Wailers. Qué majos y qué pinta tenían de estar pasándoselo teta las 24 horas...

Cuando eres adolescente, la música debe marcar tu vida. Esas letras llenas de contenido, esos mensajes tan profundos que ya no tienen las canciones de ahora...Si tenías una bronca con tus padres porque no te dejaban salir, pues te ponías a los Pink Floyd con su "Another brick in the wall" y desde tu cuarto encerrada te sentías libre! Si te gustaba un chico y no te hacía ni puñetero caso (claro, con esas pintas que llevas, Frankenstein...), te ponías alguna de Whitesnake y sentías cómo se debía de sentir un enamorado, aunque tú no lo estabas ni mucho menos. 

Si nadie te hacía caso un "Express yourself" de Madonna conseguía que te importase un carajo todo y tú a tu rollo, tía. Eres guay y lo sabes, Helen. 

Recuerdo cuando decidí que quería ser cantante, no sé si pop. Cuando haces "pop", es que no hay "stop", vamos, lo que yo te diga. Aunque parezca increíble, no fue gracias a Madonna, ni a los Bros, ni a George Michael. Fue escuchando una canción en la habitación de mi hermana Estrella, era Aretha Franklin. Salvando el pequeño detalle de que yo no soy negra y jamás tendría la voz de Aretha ni por asomo, me dije a mí misma que ése era mi destino. Yo iba a ser cantante de soul, con dos ovarios ahí. Más blanca y más pecosa que un irlandés de vacaciones en Fuengirola, pero yo iba a cantar como una negra. Y de ahí a lo que los años me han deparado hay un universo de intereses, estudios, viajes y objetivos varios que me hicieron cambiar de rumbo. 

Pero mi crisis de identidad nunca se fue, las cosas como son, lo acepto. Sigo queriendo cantar, sin hombreras y con mi blanca palidez, como Aretha. Y me gusta bailar como Tina, por eso soy Turner, por ella y por las miles de ex-adolescentes como yo que terminaron coordinando camiones en una oficina y disfrutan con "Operación Triunfo" y con "La Voz" como si volvieran a serlo. 


Elena Turner


2 comentarios:

  1. jajajaja sabes que yo te apoyo en tu gran empresa, si tengo que hacer un club de fans lo hago! pero sould? te acompaño con los platillos?. Mira chavala, que diría el "maestro", tú puedes hacer lo que te propongas, a partir de ahora, haz de tu vida un musical, y cuando llames a los operadores logísticos, hazlo cantando!! Tienes una voz prodigiosa, y lo sabes, si lo bueno que tenemos es eso, que encima sabemos que estamos jarticas de virtudes!! úsalas! pedir tobacco en el Hindú no será lo mismo a partir de ahora, verás...lo van a flipar!!
    Por cierto, vaya "chocho" que tenías montao eh? yo lo más que quería era viajar tanto como Don Pinpón, y sólo me quedó de él la barriga...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaaaaaaaaaaaajajajajajajajajajaja Don Pinpón????? Pero leches...

      Eliminar