25 de enero de 2013

Experiencias paranormales: Las entrevistas de trabajo

Su entrevista es el miércoles a las 08:00 en la calle Paraíso 23, polígono industrial de a tomar por el saco. ¿Calle Paraíso? Pero si esto es el mismísimo infierno...llevo hora y media dando vueltas con el coche alrededor de unas naves poligoneras, esto está más oscuro que el sobaco de una francesa, por Dios ande me he metido...y encima esta blusa tan mona que me tira de los hijares mismos y como no la quiero arrugar parezco un Clip de Famobil conduciendo, esto es pa mear y no echar gota. Por cierto, me estoy meando. ¿Me dará tiempo de miccionar? ¿Habrá un wc en la sala de espera o pasaré otra entrevista con la vejiga a punto de explotar? A decir verdad, ésas me salen genial, lo digo todo del tirón, cuanto antes acabemos mejor, vayamos al grano que me meoooooo oiga!

Bueno, aquí estamos. Ya he localizado la puerta, me han dejado entrar y estoy esperando en la sala de espera (qué mejor sitio para esperar, ¿no?). Esta entrevista sí que sí, este puesto es para mí, de hecho cuando escribieron el perfil que buscaban, solo les faltó poner mi nombre y mi foto. Lo sé, soy la elegida, la iluminada, la number one, ole con ole qué guapa eres y ¡hostiasss! qué ojerones se te ven en ese cristal donde te acabas de reflejar. No importa, las ojeras denotan sacrificio, estudio y mucho, mucho trabajo. Y muchas horas de insomnio y mucho enganche a las series de tv de las tantas que solo los parados vemos...

Me preparé esta entrevista a conciencia, cada palabra, cada respuesta, cada posible pregunta...Con lo que no contaba era con que el que me iba a hacer la entrevista, ni se la había preparado, ni tenía puñetera idea de lo que estaba buscando. Lo mismo le digo que vengo para Director General y me contrata el muy gilipollas. Y claro, ahí los "profesionales del reclutamiento", tiran de cuestionario que no veas:

- Díme tres puntos fuertes y tres puntos débiles que tienes. 
(Joder, ya estamos con tiranteces. Y ahora qué digo...)
- Bien, sí...esto...como puntos fuertes destaco mi capacidad de trabajo, mi amplia experiencia en el sector y mis dotes de liderazgo. (amén de mis irresistibles ojos azules, mi cuerpo para el pecado y mi privilegiada voz de cantante soul). No tengo abuela, lo he dicho ya en el blog...
- ¿Y los puntos débiles?
(Cagoenla, no se le ha olvidado, así cualquiera, lo está leyendo todo)
- Pues diría que no tengo ningún punto débil destacable. Creo que me desenvuelvo bien en todos los ámbitos. Si acaso me cuesta decir que no a algún reto que me propongan, incluso si eso supone mucho más trabajo del que ya tengo. 
(Toma ya, qué bien me ha quedao, si es que soy una bestia de las entrevistas. La respuesta entre líneas es en realidad: Me la trae mucho al fresquibiri lo que estés escribiendo ahí, calvo de mierda. Si se me pegan las sábanas cada dos por tres tú crees que te lo voy a contar aquí, criatura ingenua? Anda y que te den morcilla. Pon lo que te de la gana, me tienes frita ya. Y me estoy meando hace media hora.)

- ¿Qué expectativas salariales tiene?
(A mí me han enseñado que no se dicen cifras, joder, y ahora qué hago, que yo llevo 14 años sin buscar curro...bueno va, me tiro a la swimming pool y respondo a la gallega)
- Para mí sería interesante conocer la franja salarial en la que se mueve la empresa para el puesto para poder valorarla. 
- Es que no solemos decir estas cosas en la primera entrevista.
(entonces pa qué preguntas, pedazo de ameba???)
- Bien, yo tampoco suelo, la verdad
(hala, jódete, por listo. Uy, si la que busca curro soy yo, qué sobradita vengo, por favor. Y me he meado ya en las bragas, creo). Por Dios que acabe esto...

Me he llegado a ver en una sala de espera durante más de cuarenta minutos esperando, minutos en los que he hecho todo tipo de chorradas, solo me ha faltado sacarme un moco y todo. Para darme cuenta en el último minuto de que había cámaras mirándome y que seguramente, el entrevistador y amigos se habían tirado media hora descojonándose, viéndome canturrear, atusarme el pelo, quitarme legañas, tontear con el móvil, colocarme las medias, el sujetador, quitarme los zapatos, pintarme los labios, comerme las uñas y leer mi currículum 254 veces seguidas...Me cago en la leche, esto es denunciable, igual no me dan trabajo pero les saco la pasta, por cabrones. Que yo no he venido a Gran Hermano.

En una entrevista te llegan a preguntar las cosas más inverosímiles que jamás habrías imaginado. ¿Y por qué no tiene hijos? Pero oiga, y a usted qué le importa. ¿El puesto es de logística o de madre nodriza de una nave alienígena? Amos no me jodas...La peor de todas las preguntas, aquella que te indica que debes salir corriendo de esa sala a toda leche, porque el tipo que te la está haciendo está zumbao perdido, es un Hannibal Lecter de los recursos humanos..."¿Y por qué busca usted trabajo?". Pero bueno, ¿me parezco a Paris Hilton o este tío es imbécil???? ¿Que por qué busco trabajo??? Buenas ganas me dieron de responder más de una vez: "Verá, es que tengo un rato al día, entre mi entrenador personal, mis masajes, las compras en Serrano y las dos horas al teléfono con mi amiga Pitipin...que me aburro un poco, ¿sabe? Entonces he decidido que quiero trabajar y hacer algo por mí misma..."

Lo peor de todo esto es que a veces entiendo a los entrevistadores. Porque yo también ESTUVE ALLÍ...EN EL OTRO LADO...

Tuve que entrevistar a "cienes" de personas y puedo asegurar que no es tarea fácil. Sobre todo si tu compañera de entrevistas comienza a convulsionar como una epiléptica en la silla, mientras tú tratas de explicar algo de la empresa al candidato. "¿Te pasa algo...?" "No, no, es que...se me ha encajado la silla bajo la mesa y me he quedado aquí un poquito atrapada...". "Ah bueno, sigamos, entonces". Pffffffbuaajajajajajajajajajaja. Imposible seguir una entrevista seria así...

Hay que prepararse las entrevistas. De los dos bandos, lo dije al principio. Super importante eeh! Que me he visto en una tesitura muy jodida cuando me han preguntado el salario mensual bruto y no he sido capaz de calcularlo con una hoja de excel, allí, delante del candidato que lo estaba flipando...porque mis deditos de nenuco no llegaban a las teclas y tuve que usar el codo para darle a una de las teclas. Así salió, que le calculé al chaval que iba a ganar 20 euros al mes y encima voy y se lo digo! Yo soy él y me mando a la mierda, qué paciencia y qué talante!

Tengo tantos recuerdos de tantas entrevistas, como candidata, como seleccionadora...que de verdad creo que todo eso es un mundo aparte, es como otra dimensión. Las personas lo ponemos todo en ello, queremos dar lo mejor porque creemos que valemos, porque necesitamos trabajar y porque pagan mejor o peor. Yo no creo en la suerte, creo en las ganas de uno mismo, en la preparación, en saber llevar al de enfrente, en pasar más de todo, por mucha falta que nos haga...Y en cómo tengas la vejiga de llena cuando empiece la entrevista! No veas cómo cambia tu actitud...











En busca del trabajo "pedido"

"Tiene una oferta". 
"McM & Pipermint busca gente como tú"
"Estas vacantes se ajustan a tu perfil"
"Enhorabuena. La empresa XXL te ha incluido en su proceso de selección"

...Sí, a ti y a otras 153.867 personas.

Seguro que os suenan mucho estos mensajes tan alentadores, a todos aquellos que andáis o anduvisteis buscando empleo, esto que ahora llaman encontrarse en "versión 2.0". Puñetera manía de ponerle nombrecitos modernos en la red a todo lo que hacemos...(en fin, que yo como soy muy moderna, defeco en 5.0, versión beta y me quedo tan a gusto). 

Por favor...Si estás en paro, estás en paro, las cosas por su nombre. Que no te comes una rosca, nadie te llama ni para charlar del tiempo, tu currículum nada más verlo lo usan para marcar una de 3 puntos en la papelera, en tu cuenta no entra ni un céntimo y la única "empresa" que te quiere ver es el Inem, una vez cada tres meses cuando te toca sellar...En resumen, que no somos nadie y desde luego estos mensajes engañosos solo vienen a demostrarlo. Lo mismo le envían una oferta de trabajo como Consul Honorario a un señor que busca trabajo de fresador, que a un ingeniero electrónico le llegan ofertas de "mozo de almacén turno de noche". Pero qué mierda más gorda lo de buscar trabajo, estás completamente vendida a lo que diga la red, da lo mismo lo que valgas de verdad.

Si me indigna la búsqueda de empleo en la red, el cómo mienten en las ofertas y en cómo se comunican contigo -cuando lo hacen- para informarte del estado de tu candidatura...existe una parte del proceso que me hierve la sangre: La llamadita del seleccionador o "headhunter" para hacerte una primera entrevista telefónica. Bueno, en mi año de búsqueda "activa" -atención que si no es activa no es de Danone-, me he encontrado con tantas situaciones absurdas que creo que me daría para escribir un libro entero. 

- Sí, pues la estamos llamando porque hemos visto su currículum que ha presentado para la oferta de Jefe de Logística en gran multinacional, dirigiendo a un equipo de más de 30 personas, con experiencia de más de 10 años y totalmente bilingüe en inglés...y queríamos saber si está usted interesada en el puesto. 

Vamos a ver, vamos a ver, que nos estamos fumando ya hasta la hierba del parque, amiga, debe ser por la recesión...Hija de mi vida, ¿yo para qué he enviado el currículum, pedazo de trozo? ¿Porque me aburría esa mañana???

- Sí, claro que estoy interesada. 

- ¿Y su nivel de inglés cuál es?
- Bilingüe. 
- Ah, bueno, entonces Avanzado. 
- No, no. He dicho bilingüe. 
- Nadie es bilingüe, solo los nativos. 
- ¿Los nativos de dónde? 
- En fin, déjelo, señorita.
- Señora, soy señora. 

- Bueno, pues para este puesto la empresa ofrece 17000 € anuales en jornada de lunes a sábados. 
- ¿Para jefe de logística? Pero si ese salario es el mínimo para un auxiliar administrativo, perdóneme.
- Ya, pero es lo que hay ahora mismo, hay que adaptarse al mercado. ¿Le interesa o no?
- No. No me interesa ser responsable de 30 personas, trabajando 12 horas diarias por 800 euros al mes, con un Director cabrón por encima todo el día pidiéndome resultados y poniéndome objetivos inalcanzables para un ser humano. Sin son tan amables, en próximas ofertas similares publiquen el salario en la web. Así ahorramos tiempo todos. 

En mi año de búsqueda he pasado por varias fases: La fase de disparo con metralleta. En ésta mandas currículums para cualquier cosa, sin control, solo porque te hace ilusión que te llamen o al menos que te pongan "en proceso". La fase de profesionalización de una misma. Empiezas a participar en foros de la red, te apuntas a grupos y hasta acudes a eventos en hoteles chulísimos para tomar un vino y repartir tus cutre-tarjetas a diestro y siniestro, lo que supone aguantar durante una hora a algún viejo petardo que dice ser vicepresidente de no sé qué multinacional (pero qué casualidad, se ha quedado sin tarjetas el desgraciao). En esta fase también me apunté a eventos donde te enseñaban a buscar trabajo, a crearte tu "personal branding" o marca personal, a creértelo como nadie, vamos. A saber venderte al mejor postor como si fueras un zorrón verbenero de la casa de campo, solo que vendes otra cosa y con más clase y acierto. No estaban mal, además repartías más tarjetitas (coño que las tenía que dar salida, me costaron 10 euros 100 tarjetas!!!).

Luego llega una fase que es la que yo llamaría la fase francotirador. Ya no envías candidaturas a to quisqui, ya apuntas a lo que realmente quieres. Y esto es porque tras pasar muchas, pero muchas entrevistas, y muchas, muchas horas en casa pensando, echando la vista atrás...te has dado cuenta de lo que realmente quieres. Y de lo que realmente sabes seguro que puedes ofrecer, aquello que sabes hacer mejor que nadie. Averiguar esto es muy jodido, de verdad que lo es. Porque perder un trabajo y quedarse en casa, tras 14 años trabajando como una bestia sin parar, te deja hecha caca. Empiezas a pensar, sin poder de veras evitarlo, que no vales para nada, que te lo mereces, que esto es tu destino y que no vas a mejorar sino que esto solo es el principio de un trabajo mucho peor, encima si te ocurre en medio de la crisis que vive este nuestro querido país bananero.

Cuando por fin has descubierto eso tan importante, milagrosamente empiezas a recibir respuestas. Las empresas se empiezan a interesar, tu currículum ha cambiado porque TÚ lo has cambiado. 

Entonces viene la fase de entrevistas a lo loco. Es que no tienes ya ni ropa limpia para acudir a una y a otra, así que repites modelito de la suerte jeje, siempre te pones la misma ropa, qué narices, no estamos para trajecitos nuevos, la prestación no da para más! 

Próximo capítulo: Experiencias paranormales en entrevistas de trabajo.

Os dejo con mi amigo James Hetfield y su "Nothing else matters". Una de mis muchas canciones favoritas. 

Porque nada más importa que tú mismo. 









19 de enero de 2013

Él está ahí

Todos los días lo siento cerca, está por ahí, en cada rincón, en cada momento de mi vida. Lo siento cuando canto a pleno pulmón una canción en mitad de uno de mis atascos diarios de camino al trabajo, porque pongo toda mi alma en cantar esa canción, sea cual sea y sé que él haría lo mismo. Él está ahí. 

Lo siento cuando se me hincha la vena y le pego cuatro voces al mediocre de turno en el trabajo, cuando le digo a mi jefe "hala venga, esto es increíble, ni de coña...", o "pues no estoy de acuerdo y PUNTO", a riesgo de que me despida de inmediato. Esa valentía, o mejor dicho, esos "cojones" que le echo no son cosa mía, él está ahí. Son sus genes los que salen, no lo puedo cambiar ni quiero hacerlo, porque bien orgullosa estoy de ellos. 

El sentido de la responsabilidad, exagerado y hasta obsesivo, que tengo hacia el trabajo, la necesidad de contarlo todo a mi familia como una forma de terapia. Recuerdo que él siempre le contaba sus problemas en el trabajo a mi madre, yo retengo muchísimas y de hecho luego ya de adolescente él me las contaba..."aquel compañero pelota que me quería hacer la cama al que tuve que poner en su sitio...", o cuando me decía "hija, nunca permitas que nadie te pise, tú sabes hacer tu trabajo y eso es lo que importa". He crecido con unos valores que me sirven de armadura, escudo y hasta casco en este paseo por la vida, nadie me los puede quitar porque...él está ahí. Él me los puso como si de un ritual de Camelot se tratara, como si él fuera el Rey Arturo y yo un caballero deseoso de servir al reino. Con la misma ilusión, la misma entrega y la misma confianza. 

Sé que no podría decir que yo veneraba a mi padre cuando estaba vivo, porque me tocaba mucho la moral muchas verdades que me decía, tenía la santa virtud de decir lo que pensaba sin contemplaciones, sin adornos, sin nada. Las cosas solo tienen un nombre y él lo pronunciaba. Cuando decidí irme a Inglaterra él no me dijo "toma este dinero, hija, para vivir allí". No. Él sabía que yo había ahorrado tras trabajar dos años y medio en un hotel del casco histórico de Toledo, echaba más horas que un sereno pero ahí me logré mis primeros ahorros.  Primero conseguí una beca de tres meses todo pagado y cuando volví por Navidad, yo quería más. Así que en Enero decidí volver a pasar un par de años por allí, con el dinero justo para vivir allí dos o tres meses (al cambio de la libra, estoy tirando por lo alto), sin trabajo y sin casa, todo lo tenía que buscar según aterrizase por allí. Él solo me dijo esto: "En dos semanas estás de vuelta con el rabo entre las piernas". 

Y aquella frase me bastó para obtener la fuerza y los cojones que necesitaba, de modo que me puse a dejar currículums en cada ETT de la ciudad, me presenté a todas las entrevistas, vivía en la misma pensión donde había estado tres meses pero esta vez, pagando, en la asquerosa buhardilla claustrofóbica del último piso de la casa, sin derecho a la cocina, sin nada. Me duchaba y me arreglaba para las entrevistas en un espejito tamaño mínimo...pues en dos semanas exactas, dos semanas, estaba trabajando de recepcionista en un hotel del centro de la ciudad, yo, la guiri, con mi inglés "made in Spain" y con tantas ganas que lo primero que hice tras firmar el contrato fue llamar a España y pedir hablar con él (nunca cogía el teléfono). "Papá, ya tengo un trabajo, y no friego platos, soy recepcionista de hotel, qué te parece". Su respuesta me hizo sentir la chica más feliz del mundo "lo sabía, tú vales mucho, cómetelos a todos, que tú puedes". 

Y entonces ahora lo venero. A él. 

Recuerdo cuando ya vivía sola en Madrid e iba a pasar casi todos los fines de semana a Toledo. Sieeeempre la misma frase a las seis de la tarde, él en su silla y yo en el sofá viendo tv con mi madre "pero hija, no te sientes muy sola allí en Madrid, tan solita...". Yo siempre decía "no papá, si no tengo ni tiempo de sentirme sola". Creo que jamás me sentí sola solo de pensar que él pensaba en mi soledad, como que me forcé a mí misma a no estarlo. 

Me aprendí la letra de varios boleros porque quería cantarlos con él. Nos dejamos varios por cantar juntos, pero sí repetimos alguno que otro que los tengo en mi memoria, como parte de la banda sonora de mi vida. "Nostalgia" de Iva Zanichi, él lloraba mientras la cantaba, era hermoso cantarla juntos a viva voz, a veces hasta nos inventábamos la letra. El amor por la música es otro gen que me ha dejado él como legado, quizás es del que estoy más orgullosa, porque amo la música y amo cantar más que el comer con los dedos, justamente igual que él. Si había un programa de música en tv, era aquello lo que veíamos todos, si sonaba una canción bonita, el mundo se paraba para que él la escuchase, todos nos parábamos de hecho, qué autoritario el jodío con sus "callarse todos, que esto me gusta". 

En lo sentimental fue el más intransigente pero también mi mejor consejero: "No te conformes con cualquiera, estás muy bien sola y tienes a tu padre que te quiere con locura y a tu familia...". Suena un poco posesivo, pero él solo pretendía protegerme, en realidad me protegió de alguno que otro con su actitud, me parto de risa solo de pensarlo! Sé que él era feliz si sus cinco hijas se quedaban solteras y enteras para nada más que vivir su vida y adorarlo a él, pero también sé que él era -y es- feliz viéndonos compartir nuestras vidas con una buena persona, con un alma afín, un compañero. Me quedé con las ganas de que él viera que yo lo había conseguido, sin buscarlo, pero ahí estaba yo, en un país tan lejano, casándome con ese compañero, con mi madre y una de mis hermanas tan solo como testigos de mi familia. Él estaba ahí y así lo sentí, o quise sentirlo. El día más bonito de mi vida sin él, pues qué increíble que pensé en él y sonreí todo el día, no fue por las fotos que siempre salgo horrible sonriendo!

Todos los momentos claves de mi vida están marcados por su presencia, en vida o ahora que no lo puedo besar ni abrazar. No importa, puedo hablar con él y hasta recibo respuesta, quizás me la invento yo, pero sabiendo como era, creo que acierto y todo. No sé dónde estará él ahora, pero espero que se sienta cómodo y sobre todo, quiero que se sienta tranquilo porque soy feliz, porque estoy igual de loca que antes o más y porque no me olvido de él, jamás, es mi referente para mi mala leche, mi impulso y mi bocaza grande, no me callo nada ni me asusto ante nada. Qué curioso que lo único que me asusta en esta vida es conducir de noche con lluvia, justo igual que a él, que jamás quiso sacarse el carné de conducir!

Lo único que lamento es que se fue muy pronto y no le dije suficientes veces lo mucho que lo quería. Y que aquel día en el hospital, cuando cogió mi mano y me dijo "eres una gran mujer" y me besó mil veces, no supe ni contestarle. 

Tampoco supe llorarle bastante; de nuevo mi trabajo me hundió en la miseria de la falta de tiempo y de esto también me lamento cada día de mi vida. Mi asqueroso sentido de la responsabilidad me impidió el luto que se merecía. Pero hasta de eso ya he aprendido gracias él. 

Maldigo al cielo que se lo llevó tan deprisa y aún lo miro y me enfado, porque lo envidio por tenerlo allí y no aquí con nosotros. Lo miro y lo miro...él esta ahí, aunque no lo vea entre tantas nubes. 

Te quiero, papá.

















12 de enero de 2013

¿Me tira la pelota, por favor?

"Señora, nos tira la pelota, por favor?"

(Prggggg arrggg urrghhfffff crrggprrttuggrrggajjarrdddghh)

Cualquiera que lea esta frase diría que el niño que la ha dicho es educado, amable, hasta simpático y todo el chaval. Me fijo que hasta dice "por favor", esto hoy en día es admirable en un niño de unos 11 años, tal como están los colegios y las demandas por acoso de profesores a alumnos...

Pero voy a ser honesta. Resulta que esa petición me la han dirigido a mí. La pelota iba en mi dirección y el niño simpático me habla A MÍ. Me ha dicho "señora, nos tira la pelota?". El puto niño. Lo mato...sujetadme que lo estampo contra un muro de carga.

¿¿¿Pero qué narices enseñan ahora en los colegios???

El caso es que me cabreo porque no entiendo nada, como siempre, vamos. No entiendo por qué me llaman de usted unos niños con los que podría casi ponerme a jugar al fútbol, o fumarme unos pitis, o marcarme un "ganga style" como si fuera uno más. Coño, que yo hago Zumba fitness, por Diosss!!!. Entonces busco desesperadamente un escaparate para mirarme y ver en qué me he convertido. Seguro que hoy no me maquillé bastante, que mi ropa está pasada de moda y parezco la Rotenmeyer, que necesito cirugía ambulatoria urgente porque tengo unas arrugas que no las plancha ni mi amiga Sara un domingo por la noche...por favor, ¡¡¡¡Ayuda!!!! Y además mi jeta del momento tiene que ser un poema, yo mirando al chaval, con la pelota junto a mí, analizando la situación, mientras él espera solo por la pelota de los huevos. A ver, niño imbécil, a ti quién te ha dado permiso para llamarme de "usted"???? Que te reviento la cabeza con la pelota...

Lo que en realidad sale por mi boca en esos momentos -que no me ha pasado una vez solo-, es la típica frase "hombre, chaval, no me llames de usted...anda, toma tu pelota". 

Patética frase. Patética actitud. Patética toda yo. 

Es como si suplicaras que te llamaran de tú, ahí en plena calle, delante de todos los presentes. Ruegas al niño que te mire dos veces y vea que no eres mayor, que estás en lo mejor de la vida, ¿pero no te das cuenta, chiquitín?. 

Tras el lamentable incidente con el niño cabrón, tomas la determinación de demostrar que tú eres joven, te peinas un poco mirándote en el escaparate de una tienda y cambias el gesto, tu forma de andar (estás cansada de narices porque vienes de trabajar, solo vas a comprar el pan para la cena, coño ya, y para casa!), pero parece que se te ha metido un muelle por el culo, porque de repente cada adoquín de la calle es un resorte, tú tienes que caminar sonriendo, saltando y sonriendo -lo justo porque se marcan las arrugas.

No controlo el "momento niño-balón", pero mucho menos soy capaz de controlarme en el "momento Ahorramás". Ése sí que te digo que me saca de mis casillas...Cuando piden la vez y tú estás en la frutería, llega la señora de evidentes 60 primaveras o más y suelta: "voy detrás de esta señora"...

Ufffff...respira, Elena, respira hondo...no hables, tú mira los tomates que están bien de precio...no digas nada, cariño, que no va por ti...Pero SÍ, va por ti. Y además tienes que responder porque te han pedido la vez, no te puedes hacer la sueca, por muy rubias que tengas las mechas. "Sí, soy la última, como ha dicho esa señora mayor". ¡¡¡Tomaaaaaa!!!! Y ahora qué, eeeh, pedazo de zorra??? Quién es señora y además mayoooor? Jo, qué a gusto me he quedado, mira la cara de la bigotuda ésta octogenaria que no entiende nada (tendrá unos 50 años como mucho, pero yo la acabo de añadir 30 más por petarda). 

Para mi sorpresa he descubierto, tras meses y meses de observación analítico-científica, que a partir del momento en que tú llamas en público a alguien "señora" (y mayor, para tocar los güivols), nadie más te vuelve a llamar de usted. Ni siquiera el frutero, que ahora se dirige a ti porque ya te toca y dice "qué te pongo, guapa". Pero que tío más majo, que qué me pones?? Me pones cardiaca, ladrón! Tú sí que sabes tratar a una mujer, ole con ole los caracoles y que viva tu berenjena! Ay por Dios qué subidón más tonto me ha dao. "Pónme dos berenjenas y un calabacín que hoy estoy carnívora". Que la den morcilla, señora, me ha llamado de tú, ¡chúpate esa!

Mi tesis doctoral también ha analizado la estupidez femenina que se va transformando de más a más estúpida conforme avanzan los años. Cuando tienes entre 30 y 50, te quieres cargar a cualquiera que te llame de usted, vamos que los rociarías con gasolina y encenderías un piti como que no quiere la cosa. Pero a partir de los 50, he detectado que es justo al contrario. Si alguien de menos de 20 te llama de tú sin tener tu permiso, poco más y le pones contra la pared y le atizas en el culo con una regla, por malo, malandrín, caramba carambita carambirubi. ¿Quién te ha enseñado a ti educación, chaval? ¿No ves que soy una persona adulta y respetable? Por favor qué poca vergüenza, que yo tengo una categoría ya, vaya padres...

Lo que está claro es una cosa: ¡Que no estamos contentas con nada! Y que si un niño te llama de usted, pues llámalo tú a él de usted también y a tomar por saco. Al menos sabrás que no solo tú te has quedado a cuadros por una dichosa pelota...

Elena Turner

















11 de enero de 2013

Lidia

Y esto no sería mi blog si no hablo de mi amiga Lidia, más conocida como "Lidis" entre amigas (dos, exactamente). 

Esta mujer, emigrante de vocación, que se vino a hacer las Españas, más o menos como hizo Colón pero al revés, solo que con muchas más expectativas que el Cristóbal, no se vayan a pensar!

Cuando conocí a Lidia, ya hacía tiempo que había descubierto España pero a base de bien, casi me parecía más española que yo, aunque siempre llevaba su bandera en la sangre y aún gracias a Dios la sigue llevando. Su Paraguay del alma, tan lejos que lo tiene la tía y no sé cómo se puede tener esa actitud ante la vida tan alegre como ella teniendo a tu familia y a tu patria tan, tan lejos durante tanto tiempo. Es una de esas cosas que admiro de ella, que yo no sería capaz de superar igual.

Si tengo que definirla con una palabra, lo siento pero no puedo. Porque he vivido muchos momentos con ella, algunos malísimos, otros geniales...tal vez si puedo elegir varias palabras me acerque un poco más: 

Lidia es ternura, es cariño, es bondad, es fortaleza y es también debilidad. Ella es diplomacia, es la duda, la espera, es urgencia y es capricho, es desencanto, es silencio y es un grito, Lidia es valentía y también es miedo. 

Hay días que la daría de bofetadas porque parece que está "empaná"; otros días la mataría porque no me llama y porque desaparece de repente sin dejar rastro, para luego aparecer con alguna historia de dónde ha estado; a veces simplemente ha estado durmiendo porque trabaja como una mala bestia, qué explotación en pleno siglo XXI... 

Pero sea cual sea ese día, siempre la echo de menos. Siento que me falta algo cuando no sé nada de ella y necesito contarla mis tonterías, mis problemas, mi vida al fin y al cabo, no siempre ella me cuenta las suyas, lo sé. Pero Lidia está en mi vida y así soy feliz. 

Cada momento que vivo con ella está lleno de recuerdos, el recuerdo de unas tapas en nuestro bar, un día de compras en el Decathlon, una mañana haciendo tortillas para un concurso en el pueblo...cada uno es inolvidable.

Lidia es esa pedazo de mujer que quiero tener siempre cerca, aunque sea por el whatsapp. Porque igual quién sabe, se me contagia algo de su carácter y mejoro un poco.

¡Te quiero, Lidis!













8 de enero de 2013

El calamar colosal

Queridos lectores (mis dos lectores, me refiero):

Hoy voy a hablaros del calamar colosal. Que hay que culturizarse un poco y yo me ofrezco desinteresada a hacer el ridículo un rato por vosotros, con una noticia de grandísima actualidad. 

Bien, amigos. El calamar colosal, también conocido como "Mesonychoteuthis hamiltoni". Sí, sí...como el piloto de Fórmula 1 y casi igual de oscuro, creo que hasta corre más. Bueno, que me voy por los cerros de Úbeda, ¡sigamos! 

Mide de 12 a 14 metros de longitud y vive en las profundidades del Océano Glaciar Antártico, si bien se hallaron ejemplares un poco más pequeños en Asturias nada menos! Éstos en concreto son los "Architeuthis dux" que además de que son arquitectos como su propio nombre indica, los asturianos se vuelven locos de alegría cuando cazan uno, porque los bicharracos soportan hasta 100 atmósferas y no hay listo que los pille. 

¿Sabíais que estos seres prehistóricos eran también conocidos como "Kraken" en la mitología escandinava? Porque me he documentado que si no qué ibáis a saber vosotros...Pues tras meses de investigación he hallado la relación entre este ser de aspecto temible y el típico "krako" de bar que no se come un rosco porque es mu fea la jodía. Frases que han pasado a formar parte de nuestro folclore como "menudo krako, quita, quita", o "Manolo está saliendo con un krako de cuidado, pero se le ve feliz...".

Bueno que me estoy liando otra vez...En definitiva, que los japoneses acaban de filmar en las profundidades, con una cámara supersónica, al primer ejemplar de super-chopito hamilton y lo publican en primera página de muchos periódicos digitales. Como siempre, cuando se trata de peces gordos los japoneses están ahí anzuelo en mano para ponerse unas tapas de sushi a costa de la pobre criatura. No se comerán lo que yo les diga, no...

Cabe mencionar de nuevo a los asturianos, que con tal de llenar el museo de Luarca de calamarcios, se dedican a pescar a todos los que pueden como atractivo turístico-cultural??? Pero vamos a ver, dejad a los pobres bichos en paz que naden y se regocijen!

Os dejo una foto del calamar colosal, que es un animal genial (con la rima asonante no tengo rival).



Como sé que este interesante artículo que he escrito lo van a publicar en la revista Science, pues ahora voy y firmo. 

¡Pezqueñines no, gracias!



Elena Turner - fan del calamar colosal.











Ande yo elegante...

...Ríase la gente, que decía el refrán, más o menos.

Pero además a base de bien. Supongo que al inicio del año nuevo, muchos famosos se ponen a temblar cuando las revistas comienzan a publicar esos rankings tipo "Los peores atuendos de los famosos", "Los 10 vestidos más desastrosos del año 2012", "Pillados in fraganti 2012"...¿No les tembló el pulso cuando pasaron la American Express y se compraron eso?

Yo que presumo de ir siempre elegante a la par que sencilla, con cualquier trapito y hasta con el chándal guarripeich de sacar al perro (insisto en que no tengo abuelos, ninguno además!), reconozco que gozo y me recreo observando a algunos famosos -más a las famosas, cuando se equivocan claramente eligiendo atuendo para pasear por la alfombra roja o para ir a comprar el pan.

He seleccionado unos cuantos de los que he encontrado navegando por Internet, de ésos que diría mi amiga "me quedo muetta" porque sinceramente, no me lo explico: Tienen pasta, asesores, tiempo libre de sobra...es imperdonable, oyes. De juzgado de guardia. 

Por si no me creéis, he destripado a unas cuantas y aquí va mi selección:



Victoria Abril. La cagaste Burt Lancaster. ¿De qué serie te has escapao, hija de mi vida? ¿Star Trek? ¿Galáctica? Ese vestido y una lubina al horno con patatitas todo es comparar. Por lo menos podías meter tripa, total son 10 segundos pa la foto, tía. En fin, que se ha zampao la lubina, se ha plantao el bolsico con tachuelas y ahí la ves, tan pichi posando con cara de "Estoy deslumbrante, lo sé, soy una madurita interesante y todo me sienta bien". Pues no, Victoria. No todo te sienta bien.


Bueno, bueno, bueno, la siguiente me ha impactado bastante, sobre todo el cabezón que le hace la gorrita, entre otras cosas... 



Rihanna, vamos a ver...¿cómo te lo digo? ¿En inglés? Es que pareces una "homeless". ¡Que te han robado los pantalones en el cajero donde dormías anoche! ¿te da cuen?. No sé dónde ibas con ese estampado de ositos talla XXXXXL, pero mejor te hubieras escondido "under your umbrella", do you understand, darling? Pos eso...


Aquí va una de mis favoritas. No estoy segura de poder afirmar quién es, pero todo apunta a que la petarda en cuestión es Lady Gaga. 



No sé si es que la gala era en Afganistán y a la chica le dio miedito enseñar pechuga, pero lo de las colas de zorro ya es el colmo, espero que fueran sintéticas, porque ahí hay nada menos que cinco zorros muertos, que se vean. Por lo demás es que no tengo comentarios, total pa qué, no me vas a leer.

Victoria Vera (que no sé a qué galas acude, serán reuniones de la SGAE, digo yo).



Tengo que mirarlo bien, porque igual me he equivocado y estaba mirando fotos de archivo, de alguna gala de...¿1990, Victoria???? Vale que no te dan papeles y estás mal de pasta, pero rescatar las cortinas del salón de tu abuela para hacerte un traje NO. Eso solo lo puede hacer Scarlett O'Hara que tenía glamour, tú no puedes. Pero si en Mango hay trajecitos a muy buen precio, mujer...¿Y tampoco para la pelu tenemos, chiquilla? Tengo yo una foto con el pelo así a lo Cindy Lauper (cardamomo total) y me da muuuucha vergüenza, ¿a ti no?



Gwyneth, sin acritud te lo digo: Estás delgada y eres monísima, pero eso no te da derecho a IR SIN SUJETADOR!! Que ya no tienes 20 años, eeeh! Las carnes caen como cayó el Ibex 35, qué fea costumbre la de creernos jóvenes, aainnsss mira luego lo que pasa, te han pillao con los dos huevos fritos relajaos! (a mí me pasó una vez en el Ahorramás y no me quité la chaqueta en toda la compra, pasé un caloooor, unos goterones que me caían por la frente en la pescadería...)


Cómo no voy a terminar con la reina del estilismo internacional, la número uno, la única e inigualable Mariah Carey. Todos los años tiene un lugar en el Top Ten de las peor vestidas, yo creo que lo hace a propósito...




Sin paños calientes: Eres una pedazo de hortera -I am flipping cucumbers. Aquí mi amiga Mariah no te creas que está en un evento o gala, no. ¡Está en un aeropuerto! ¡Es que viaja así vestida!!! Chupa de cuero, vestido corte morcilla de arroz con repollo en el bajo y sandalias de charol "cuece-cayos" para que el viaje a ninguna parte sea memorable de por vida (los juanetes de por vida, quio desí).


Hasta aquí hemos llegado. Me he permitido este post de "periodismo rosa" de andar por casa, porque no está de más recordarse de vez en cuando que una tiene cierto estilo, aun sin un duro, sin asesores, ni tiempo libre. Me ha costado años de aprendizaje, todo hay que decirlo, pero es que además yo no soy famosa ni en mi pueblo -ni ganas que tengo- y hasta para ir al chino me miro al espejo antes...



Elena Turner



7 de enero de 2013

Crisis de identidad

El otro día me dio por mirar fotos de cuando tenía 16 años, de ésas que guardas como el oro y que solo enseñas a personas contadas; cuando se las muestras, te das cuenta que lo estás haciendo como si fuera un ritual religioso, se las pasas de una en una y pareciera que les estás cediendo el Santo Grial, con ese gesto solemne y una mezcla de orgullo y vergüenza que debe pensar el receptor que eres más tonta que un botijo; solo son fotos.

Me veo y no me lo creo. Yo con el pelo corto, yo con el pelo cardado a lo Cindy Lauper, yo con hombreras, yo con unos vaqueros "nevados" rotos y un pendiente de crucifijo...¡¡¡¡Válgame Dios, pero qué es eto!!! ¡¡¡Si parezco el Frankenstein de la Super Pop!!!

Después del primer susto viene el momento de reflexión, rebusco en mi memoria con la idea de encontrar el por qué de esos atuendos tan dispares a la par que ridículos...Entonces recuerdo que cuando apareció Madonna con su "Like a virgin", me sentí identificada de cabeza a pies con su mensaje virginal, su rebeldía contra el aburrido pelo liso y de un solo color y me vi gastándome la paga en los puestos de los moros comprándome todo tipo de pulseras, collares, pendientes y abalorios, que llevaba hasta para dormir y que me ponían la piel verde como los lagartos de "V", serie de culto donde las haya de la que yo era fan número uno y no me perdía un capítulo. 

¿Pero por qué entonces tengo fotos en ese mismo año con el pelo cortado al "tazón" y la nuca rapada? ¿De dónde sale esa chupa de polipiel roja llena de parches y esa cara de tío que se me puso de repente? ¡Por favor de la vida, si parezco lesbiana! Pues no hay otro motivo que el dúo musical Bros, dos hermanitos gemelos ingleses (entonces lo brittish ya me tiraba), cuyas canciones me sabía de memoria, sus pasos de baile, hasta su forma de estornudar me sabía. El caso es que los escucho ahora y me parecen un petardo infumable, pero entonces, ay entonces! ¿Qué pasaba por mi cabeza? 

Mi chaqueterismo musical me llevó a pasar de Iron Maiden (me hice semi-heavy porque aún no me había crecido el pelo suficiente), a Michael Jackson (ese Moonwalker que lo clavaba yo en el patio del instituto), pasando por George Michael con su "I want your sex", sí, sí, más quisiera yo, estaba enamorada de George y luego resulta que se me hace bujarras, por favor yaaaa eeeh, que lo di todo por ti, amigo...

En realidad creo que tenía una crisis de identidad. Y la música era mi escapatoria, vivía cada minuto de mi vida escuchando las canciones que me decían algo, traducía las letras y así de paso aprendía algo de inglés (que no me vino mal después, tal como está el patio, ahora te lo piden hasta para limpiar letrinas). No sabía si quería ser como Madonna, una fresca que decía ser virgen -no se lo creía ni ella-, un negro que quería ser más blanco que el queso de Burgos...el cantante de los Scorpions al que jamás seguí, lo siento, pero esos rizos YA SÍ QUE NO. Igual que no me dio por las rastas y eso que me encantaba Bob Marley & The Wailers. Qué majos y qué pinta tenían de estar pasándoselo teta las 24 horas...

Cuando eres adolescente, la música debe marcar tu vida. Esas letras llenas de contenido, esos mensajes tan profundos que ya no tienen las canciones de ahora...Si tenías una bronca con tus padres porque no te dejaban salir, pues te ponías a los Pink Floyd con su "Another brick in the wall" y desde tu cuarto encerrada te sentías libre! Si te gustaba un chico y no te hacía ni puñetero caso (claro, con esas pintas que llevas, Frankenstein...), te ponías alguna de Whitesnake y sentías cómo se debía de sentir un enamorado, aunque tú no lo estabas ni mucho menos. 

Si nadie te hacía caso un "Express yourself" de Madonna conseguía que te importase un carajo todo y tú a tu rollo, tía. Eres guay y lo sabes, Helen. 

Recuerdo cuando decidí que quería ser cantante, no sé si pop. Cuando haces "pop", es que no hay "stop", vamos, lo que yo te diga. Aunque parezca increíble, no fue gracias a Madonna, ni a los Bros, ni a George Michael. Fue escuchando una canción en la habitación de mi hermana Estrella, era Aretha Franklin. Salvando el pequeño detalle de que yo no soy negra y jamás tendría la voz de Aretha ni por asomo, me dije a mí misma que ése era mi destino. Yo iba a ser cantante de soul, con dos ovarios ahí. Más blanca y más pecosa que un irlandés de vacaciones en Fuengirola, pero yo iba a cantar como una negra. Y de ahí a lo que los años me han deparado hay un universo de intereses, estudios, viajes y objetivos varios que me hicieron cambiar de rumbo. 

Pero mi crisis de identidad nunca se fue, las cosas como son, lo acepto. Sigo queriendo cantar, sin hombreras y con mi blanca palidez, como Aretha. Y me gusta bailar como Tina, por eso soy Turner, por ella y por las miles de ex-adolescentes como yo que terminaron coordinando camiones en una oficina y disfrutan con "Operación Triunfo" y con "La Voz" como si volvieran a serlo. 


Elena Turner


6 de enero de 2013

Mi amiga Sara

Si hay algo de lo que me puedo sentir orgullosa en ésta mi fingida madurez, es de haber recuperado a mi amiga Sara. 

No es que la hubiera perdido, porque no se pierde nada que no se posee, así me sentía yo cuando la conocí. Siempre tuve ganas de decirla lo mucho que apreciaba su amistad, su complicidad, esas vibraciones que irradia y que lo inundan todo, por todas partes. Es que te tomabas una caña con ella y volvías a casa con más energía que Hulk Hogan pegando mamporros, como si fuera Sara un cargador de móvil, bendita metáfora...

Sara te transporta al presente. Un rato con ella y no quieres que termine, quieres estar ahí, charlando, riéndote, compartiendo cosas tanto sobre lo divino, como sobre lo mundano. No puedes evitarlo, sacas toda tu alma y la apuestas ahí, como si fuera una partida de póker que quieres perder a propósito. Y no lo entiendes, pero es así, su risa, su forma de ver la vida, hasta su forma de sentirse mal te demuestra que se puede ser feliz, con una buena amiga a tu lado, que no hay momentos malos, sino momentos menos buenos y que a todos les podemos sacar el lado "cachondo" y así los combatimos y hasta los vencemos. 

No se quiere mucho a sí misma algunas veces, supongo que todas las mujeres tenemos eso, está en nuestra genética. Pero su capacidad de hacer que tú te quieras muchísimo es inmensamente proporcional a la suya; Sara se quiere porque se cuida, mental y físicamente (de hecho es una vigoréxica no confesa), porque se preocupa por estar bien por fuera y por dentro y eso lo transmite a los demás. Yo voy al gimnasio porque ella va al gimnasio, si no, creo que yo no iría!

Llegó un momento en que nos reencontramos y me di cuenta de cuánto la había echado de menos; un rato charlando en nuestro lugar de "culto" me bastó para entender una cosa: Ella es única y la quiero en mi vida. Ha pasado ahora un año de nuestro reencuentro y ésta es mi dedicatoria, que escribo a las dos de la mañana, porque seguramente como ella, estoy despierta y no puedo parar de escribir. 

Un abrazo, amiga, hace un año que nos "reconocimos" y desde entonces, soy la persona más feliz y más completa que se pueda soñar. 

Hacen falta muchas Saras en el mundo. Yo con una me conformo, no soy egoísta...



Elena Turner



¡Salimos esta noche!

Salir una noche de marcha es la actividad más estresante y compleja que pudiera imaginar. Ni siquiera dedicándose una a la logística he conseguido jamás pasar la velada perfecta y he llegado a la triste conclusión de que eso no existe. No hay veladas perfectas ni usted es mi tía y salir por la noche, muchas veces, puede convertirse en un auténtico calvario que hace que la opción de quedarse en casa no te remuerda la conciencia por aquello de "somos jóvenes, hay que salir". 

En primer lugar, la coordinación con los amigos. ¿Será posible que ésta sea la parte más difícil del plan, por favor? ¿Tendrán la culpa los malditos móviles de última generación (generación de mal-quedas), que nos permiten cambiar los planes en cuestión de segundos? Es que ya ni puedes poner la excusa de "no he leído tu mensaje", porque coño, te pillan en todas. Cualquiera ve si has leído el mensaje, hay plena cobertura en el metro, en el autobús, en el tren, en el rellano del edificio y hasta en tu váter. Esto ya no es lo que era, hombre. Qué poca formalidad, cuando antes con una llamadita al fijo, decíamos todos "a las 10 nos vemos en el bar X" y ahí estábamos puntuales y el que llegaba tarde se quedaba más colgao que Pocholo. Por lentorro y sin piedad. 

Una vez hemos conseguido -más o menos- organizarnos en cuanto a la hora: Sandra dice que nos vemos a las 23:30 en el O'Neils; Carmen que no la esperemos hasta la 1 que nos manda un "whatss" cuando llegue y ya le escribimos dónde estamos, Lidia que no llega porque no encuentra modelito todavía, que luego nos facebookea, que no la va el whatsapp! En definitiva, que tenemos que obviar estos pequeños detalles logísticos para centrarnos en la estética individual: 

A ponerse guapasss.

Cuando tienes 25 años, te empiezas a arreglar una hora antes de salir por la puerta, como mucho. Te pintas lo justo y cualquier trapo te sienta de fábula; bueno, a mí por lo menos me pasaba. 

Pero en la misma frecuencia que avanzan los años, tu ropa del armario: Desaparece. Y de forma inexplicable, con más de 30 años ya no tienes nada que ponerte ningún sábado por la noche, a pesar de que visitas el Bershka, el Strafalarius y el Mango más a menudo de lo que tu Visa desearía, que la tienes tiritando, mona. Tienes cientos de trapos y ninguno te vale para salir. De modo que entramos en un DEFCON 1 clarísimo, que pone en grave peligro toda la operación. 

No tengo ropa que ponerme. No salgo. 

Como son las 12 del mediodía (y tú ya llevas desde las 10 de la mañana mirando el armario como si fuera a salir el león de Narnia en cualquier momento), decides que te vas de compritas y algún trapo chulo encontrarás. 
Te gastas 60 euros en una camiseta que no vale más de 20 y te vas tan contenta para casa, sintiendo que la noche promete, de nuevo ves luz al final del túnel. Piensas orgullosa: "si es que tengo salidas para todo, qué pedazo de mujer en la que me he convertido, hoy voy a arrasar". 

Te duchas y te pones la mejor ropa interior que tienes, la más sexy no, ¡error!, porque se te marcan las costuras y pareces un redondo de ternera, incluso si eres delgada eh!. Así que como tú no sales para ligar sino a bailar y pasarlo bien con tus amigas, te pones algo medio decente y listo. Tú eres una mujer sexy de todos modos, ¡qué narices!

Fase de chapa y pintura. 

Llega la hora de la verdad. De echar mano de una buena dosis de creatividad, imaginación y...de amor propio, chica. El espejo no hace "raros", es que tienes ojeras. Como no te has echado la siesta, porque llevas todo el santo día organizando la salida, tienes unas bolsas que no hay pepino, hielo, mascarilla, más baratilla, crema, sérum, corrector, super corrector...que las tape. Asúmelo, con 25 no tenías ojeras nunca, ahora las tienes. Son parte de ti, se han instalado en tu cara como okupas y no tienen intención de irse. La madre que las parió, me voy a operar pero ya!

Cuando por fin sales de casa, es muy importante, pero que muy importante LA ACTITUD.

Tú eres guapa y lo sabes. El mundo lo sabe. Quien tuvo retuvo. Las maduritas somos más atractivas, etc etc...¡Pero si yo solo salgo a charlar un rato y a bailar con mis amigas!

En el próximo capítulo intentaré desvelar las claves para sobrevivir a una noche de marcha que se suponía "tranquila". 

¡A mover el esqueletorro!

















Mi perro me comprende

Mi perro me comprende.

Tener perro ha sido siempre el sueño de mi vida. Mi infancia trastocada por no poder tenerlo, debido al trauma que sufrió mi hermana con ocho años, habiéndole atacado un peassso pastor alemán loco perdido justo el día de nuestra comunión (que manda huevos, con lo monas que estábamos con nuestro vestidito blanco y nuestro canesú). Hubo un intento de reconciliar a mi hermana con los de cuatro patas, trayendo mi padre a "Chico" dentro de su gabardina una noche de no sé qué mes, pero fue un fracaso absoluto. Dos meses duró el cachorrillo en casa, los dos meses más felices de mi infancia! Y los dos meses más horribles de la infancia de mi hermana. Así que adiós a "Chico" y adiós a ser una de esas niñas que crecen con su mejor amigo peludo y aprenden lo que es la responsabilidad de cuidarlo, de limpiar sus cacas y de tener a alguien que te escucha, sin interrumpirte más que para darte un lametazo, dispuestos a escuchar todos los problemas que la vida te trae cuando tienes 14 años y el mundo conspira contra ti. 

Ya siendo mayor volví a intentarlo, quise traer varios perros a la casa familiar, pero a pesar de mi innata capacidad de convicción, que para eso soy jefa...no conseguí nada. Es que mientras estuviera bajo el mismo techo de mi hermana, que seguía teniendo pánico a los perros, no había nada que hacer! 

Por fin me mudo a Inglaterra y me digo "voy a tener un perro inglés, por mis ovarios ya!". Pero tampoco, porque me pasaba el día trabajando de allá para acá como una perra y nunca mejor dicho, así que imposible de la vida, oiga. Seguía sin perro y yo con mi frustración a cuestas, tocando a todos los perros de los demás que podía, alguno hasta me pegó un mordisco por ir de guay.

Cuando conocí al que hoy es mi marido, hablamos del amor, del cariño, del respeto...bla bla y de lo que valorábamos cada uno en la familia. ¡Yo valoraba tener perro! Casi creo que lo puse como condición para casarme. ¡Yo quiero tener perro o no me caso! Venga ya, tía, menos mal que diste con un hombre que también quería perro, que si no te quedas más sola que la una. Diría que lo típico es casarse y pasar un año -que menos- de libertad en pareja, para viajar, ver mundo juntos, hacer cosas, en fin. Pues no, nos casamos un mes de Febrero y en Abril ya estaba "Ray" con nosotros. La cuarentena y un poco más, no hemos visto más mundo que Cantabria y Sevilla y al primero nos lo llevamos con nosotros.

"Ray" llegó a nuestras vidas y entonces comprendí que la felicidad existe y que nunca viene sola. Pasé de vivir sola, durante muchos años, a compartir mi vida con un hombre y un perro. Así, de repente, sin olerlo ni catarlo. Y soy feliz así.

Me gusta cuando "Ray" me dice que estoy loca, porque sus ojos me cuentan cosas, al perrazo solo le falta hablar. Me dice que por qué ahora mismo pasas de mí, cuando llego cansada de trabajar, pero media hora más tarde coges tú misma la pelota y me la tiras, para volverme loco de alegría y casi romper la tele de un coletazo. 

"Ray" me indica cuando debo mover el culo para hacer algo. Me mira y me dice: "toda la tarde en el sofá viendo la tele no es bueno, cacho gorda". Tiene razón, excepto algún domingo que otro. Él  me enseña que no hay que ser rencoroso y menos por tonterías, porque cuando lo regaño por tirar el agua por toda la cocina (cosa que él no entiende), a los diez minutos ya vuelve moviendo su peluda cola con ganas de jugar y lamiéndome las manos. ¿Cuántas personas vuelven a los diez minutos de una bronca lamiéndote las manos, eeeh??? ¡¡¡Ninguna!!!

Mi perro me comprende, hasta mi hermana me comprende ahora. Ahora ella juega con mi perro, la misma raza que la mordió aquel día de nuestra comunión con ocho años. Uno de esos milagros de los que estoy orgullosa, uno de esos logros impensables. Comparto mi vida con un perro, porque no me considero su dueña ni mucho menos, más bien él me ha elegido y me acepta en la suya. 

Que viva mi perro y que viva yo.







La familia y la Navidad

Diario de una veinteañera metida en un cuerpo de cuarenta...

Bueno, no es así exactamente, porque este cuerpo que Dios me ha dado no aparenta tener cuarenta primaveras, vamos, que no tengo abuela, esto está clarísimo, ¿verdad?

Este blog es un intento de desparramar la cantidad de tonterías que pasan a diario por mi cabeza, sin más ánimo que dejar un legado de sabiduría, experiencias mundanas, paranormales y de ciencia ficción, que más quisiera Spielberg. A mis recién cumplidos cuarenta y contra mi voluntad, todo sea dicho, he acumulado tal cantidad de anécdotas y vicisitudes varias, que he decidido como propósito de año nuevo, que ya es hora de compartirlas o por lo menos de que salgan de mí como les dé la gana. No tengo ni idea de escribir, así que tal como lo pienso, sale. Esto es "asín",  no espero que me lea tampoco ningún crítico literario, porque literalmente, me la pela. Pero si por casualidad alguien lee esto y consigue llegar a alguna conclusión, quizás a aprender algo o simplemente a esbozar una sonrisa, me daré por satisfecha o lo que es lo mismo, me quedaré tan pichi! 

Bien, queridos lectores...¿hay alguno por ahí?. Hoy vamos a hablar de la familia, esa gran desconocida.

Que yo recuerde, habré pasado tan solo dos Navidades fuera de mi casa familiar, me refiero a la casa de mis padres, saltándome la tradición a la torera y por causas mortales de "nesecidad", llámalo X. Esta bella tradición medieval ha pasado de padres a hijos y de ahí en mi caso ya no más lejos, digamos que porque yo no tengo hijos, así que aquí nos hemos quedado de momento, jeje.  La tradición ordena (y fíjense bien que digo "ordena", aunque casi "ordeña" a veces), que todas y cada una de las hijas, sea cual sea su situación en el google maps mundial, su estado civil, su estado de salud, económico y social, tienen que migrar por Navidad hacia el domicilio paterno-filial y pasar allí la Nochebuena y también la Nochevieja, uvas mediante. Lo del cordero, la merluza rellena y los 250 kilos de langostinos...bueno, esto es parte de una bien estudiada estrategia de llamada que más quisiera el PSOE en sus mejores años de oposición. Es que en cuanto olemos el cordero donde quiera que estemos, acudimos como las ratas a ponernos jinchos de comer y beber (el capítulo del "bebercio" lo desarrollaremos después) y no hay forma humana de luchar contra esa llamada, es que no puedorrrr!!! ¿Dónde vas a pasar las Navidades mejor que con tu familia, querida? ¿En qué otro lugar del mundo conseguirías engordar 2 kilos en tan solo una noche y sin poder evitarlo? 

En fin, que yo os juro por el cadáver de Torrebruno que hubo un par de años que intenté pasar unas Navidades digamos, diferentes. En otro lugar, con otras gentes, otras tradiciones...en definitiva, quería vivir algo nuevo. Supongo que esos años mi alma soñadora no se percató de que aquello me podía suponer el exilio y desahucio de mi familia de por vida. Aún así lo intenté con todas mis fuerzas en dos memorables ocasiones:

- Cuando vivía en Inglaterra. En aquella Navidad de 1996 desde una "phone box" de ésas rojas tan molonas, le dije a mi madre que lo sentía pero que no podría pasar esas Navidades con ellos, era la primera vez en mi vida que fui capaz de decirlo..."mamá, estoy muy triste, pero es que los billetes están carísimos y no vale la pena para cuatro días" (yo en realidad quería pasarlas con unos colegas en una brittish house bailando pop de los 90 all night long). "Hija, yo te pago el billete, no se hable más, tú tienes que pasar las Fiestas con tu familia y punto...". "Pero mamá, que tengo que trabajar el 26, de verdad que no puedo hacer nada". "Que no, hija, con lo echá-pa-lante que tú eres, no vas a ser capaz de decirle a tu jefe que te dé unos días más!!". Nada, que no hay manera. Esa Navidad cogí un autobús y un avión con una rodilla totalmente hinchada y dolorida, porque la noche anterior me había corrido una juerga con un mejicano, una ecuatoriana y un inglés que incluía correr a toda velocidad por una carretera a las dos de la mañana (el avión salía a las 12). El guarrazo que me pegué estaría ahora en el Youtube como uno de los más vistos. Suerte que entonces no existía el Youtube ni los "smartfons" para captar el momentazo.

- El año del efecto 2000. 
Ni mi madre, ni mi padre ni mis hermanas entendían que era 31 de diciembre de 1999 y los ordenadores se habían vuelto gilipollas, más o menos como mi jefe, que pretendía cerrar el ejercicio anual como fuera o fuese esa misma noche. Y así nos tenía a todos los empleados currando como desgraciaos el 31 a las 7 de la tarde en la oficina de Madrid. Yo intenté explicar a mi familia que para cuando terminara, tendría que coger el coche y conducir una hora, de noche, sola y cansada por esas carreteras de Dios. Ni siquiera los convencí con aquello de "es que hay mucho loco esta noche por la carretera, a ver si me va a pasar algo...". Nada. "Tú te vienes y aunque llegues a las 23:50 te tomas las uvas con tu familia como está mandao. Te hemos guardado cordero, merluza y cincuenta langostinos, hija, tú no te preocupes" (no te preocupes que los 2 kilos anuales los vas a engordar igual, aunque llegues tarde). Bueno, que al final llegué a las uvas y a la partida de trivial, en la que como siempre, mi tía la soltera demuestra su sabiduría de bar, por aquello de que ha viajado mucho con el Imserso. Qué espanto...

Siempre he envidiado a esa gente que me contaba que había pasado las Fiestas en el piso alquilado de unos amigos, con un gay, una rubia fresca y cuatro "frikis" vegetarianos, comiendo cuatro anchoas y una tortilla precocinada, vestidos para salir en cualquier momento a quemar la ciudad y con la música a todo volumen toda la noche. Cuando me independicé no se me ocurre otra cosa que alquilarme un zulo de 35 metros cuadrados; eso sí, era un zulo en pleno centro, a cinco minutos de Sol, lo que me hacía sentir bohemia, glamourosa y jodida todos los días cuando intentaba aparcar el coche cerca. Había planeado celebrar unas Navidades en ese piso, con mis amigos, pero entonces me dije: "Pero si aquí no tengo amigos, qué pena das, tía...". Cuando te das cuenta de que los amigos con los que podrías celebrar una Navidad "alternativa", viven en el culo del mundo o tienen ya organizada su propia fiesta, a la que no te han invitado, porque saben que tú SIEMPRE pasas esa noche con tu familia...Entonces la cruda realidad cae sobre ti inexorablemente y decides que no lo vas a intentar más. Que ya está, tú con tu familia man que pierda. 

No es que me queje del cordero, ni de la merluza ni de los canapés de salmón, anchoas, sucedáneo de caviar y de los de paté, (bueno de ésos sí). A mí cenar con mi familia en Navidad me encanta, me gustó aquel año que nos pusimos las bragas por encima de la ropa (del pijama, para ser más exactos), con unas pelucas de payaso y un pedo como un piano todas. Me encantaba cuando mi padre comenzaba a cantar boleros y yo le seguía hasta desgañitarme viva o hasta que se acababa el vino y mi madre sacaba la sidra El Gaitero, más inofensiva que un vaso de plástico y cuyos efectos colaterales son unos gases nocivos, que nos dejaban a todos fuera de combate y yo hasta me veía más rubia en el espejo del recibidor, excepto el año de la peluca.
No me he quejado jamás de tener que coger el coche y migrar como el ánsar común (como José María "Ansar", éste en particular migró pero a Washington DC) hacia la ciudad de las tres culturas, cargada de polvorones, turrón, botellas de vino, pijama, zapatillas y cepillo de dientes como bolsa de mano). 

De lo que me quejo y mucho, es de que el inicio de estas Fiestas se convierta en una guerra sin cuartel entre algunas hermanas -y no quiero señalaaaar, dejándonos al resto en medio del fuego cruzado y con alto riesgo de escaldamiento sin anestesia general. De cómo se llega a ciertas situaciones que rozan lo absurdo, de los diálogos besugueros entre madre-hija, hermana-madre, hija-madre y hermana-hermana y de por qué se escogen las malditas Navidades para sacar todos los trapos sucios y necedades del ser humano, guardando en un cajón la griega diplomacia y olvidando que somos, nos guste o no, familia y nada más. 

Me despido con un fragmento de una de mis películas favoritas. Su mensaje ha sido y es uno de los lemas de mi vida y estoy dispuesta a que lo siga siendo, por cuantas Navidades sigan!

Always look on the bright side of life!!
(Mira siempre el lado brillante de la vida)

Y cantidubi dubi dubi!!!!







Elena Turner -rubia mental.